Reciclar, apagar las luces cuando se sale de una habitación, cuidar las plantas,… las buenas costumbres cuanto antes se aprendan mucho mejor. Cualquier ocasión es buena para enseñar a nuestros hijos medidas ecológicas. Existen muchísimos gestos para adoptar en el día a día que ayudan a preservar nuestro planeta. Con el fin de que las próximas generaciones adquieran estas buenas costumbres lo mejor es aprenderlas de pequeño. Pero a veces que los niños tomen conciencia de la necesidad de cuidar del medio ambiente no es fácil. Así pues, os presentamos algunas ideas para sensibilizar a los más pequeños de la casa:

  1. Predicar con el ejemplo.
    Por todos es sabido que los niños, en especial los más pequeños, aprenden por repetición. Así pues, si quieres que tu hijo tome conciencia de la necesidad de cuidar de nuestro planeta, es imprescindible que vea en sus padres esos pequeños gestos ecológicos, le ayudará a interiorizarlos como su forma habitual de comportamiento: reutilizar las bolsas del supermercado, consumir productos locales y de temporada, cerrar el grifo cuando no se está utilizando, privilegiar la ducha frente al baño, etc.
  2. Aprender con diversión.
    No hay mejor forma para aprender algo que disfrutar y divertirse con ello. Esto es igualmente aplicable a todo lo que haya que aprender sobre ecología. Por ejemplo, los niños aprenderán mucho mejor las cosas que se reciclan si hacemos del momento de reciclaje algo divertido: acertar en qué contendor hay que colocar el envase de yogur, la botella de vidrio de un zumo, el envoltorio de un caramelo…, o imaginar qué nuevos usos tiene el papel y el cartón que tiramos.
  3. Explicar el porqué de las cosas.
    Los niños están ávidos de conocimientos, y tienen fases en las que se pasan todo el tiempo preguntando el porqué de las cosas que les rodean. Es el momento ideal para satisfacer su curiosidad y aprovechar para explicarles que los recursos naturales pueden ser renovables, como el viento, el sol, el agua, o los bosques, y no renovables, como el carbón o el petróleo, la diferencia entre unos y otros, cómo aprovecharlos, hacer un uso racional de los mismos, etc. ¿De dónde viene el agua del grifo? ¿Cómo se fabrica el papel? Hay miles de preguntas que los niños se hacen a diario, cuyas respuestas les ayudarán a crear su conciencia ecológica.
  4. Observar la naturaleza.
    ¿Por qué no aprovechar los fines de semana para pasear en familia por el campo o parques en lugar de encerrarse en centros comerciales o en casa? Es el momento ideal para hacerle descubrir la naturaleza a tu hijo y así podrás aprovechar para explicarle lo que caracteriza las estaciones, cómo saber la edad de un árbol, porqué se caen las hojas… También podrás contarle los animales que puede encontrar en el bosque y hacerle ver la necesidad de que existan espacios verdes donde los animales puedan vivir. En el campo se pueden además realizar muchas actividades que despierten su curiosidad ecológica, como coleccionar hojas para pegarlas en un cuaderno con el nombre de cada planta o árbol, u observar con la lupa los pequeños insectos que viven en la tierra.
  5. Realizar experimentos.
    ¿Qué hay mejor para comprender la naturaleza que realizar experimentos? Si, por ejemplo, se pregunta cómo se forma el hielo, aprovecha para fabricar un cubito de hielo y explicarle los tres estados del agua y el ciclo del agua. O bien, si se pregunta cómo crecen las plantas, él mismo puede plantar diferentes semillas para que pueda ver cómo crecen y que necesitan para crecer. Todos estos experimentos le permitirán descubrir el funcionamiento de todo aquello que le rodea.